
Había dejado de leer a Julio Ramón Ribeyro ya hace muchos años, por mis manos pasaron la conocida antologìa de la Palabra del Mudo, del que me quedé pegado buen tiempo,Dichos de Lúder y Crónica de San Gabriel, esta última no me agradó tanto como los cuentos.En estos días dentro del transpòrte al trabajo , he comenzado a leer Los Geniecillos Dominicales, en mi opinón su lectura me ha hecho redescubrir nuevamente el centro de Lima y sus distritos cercanos, las visitas a los amigos san marquinos , sin tener que ser estudiante universitario ó bajar a algunos bares de la ciudad, a propòsito del Bar Zela, del cual menciona y hasta hace poco a vuelto a abrir sus puertas. Para los que no lo han leído les recomiendo su primera novela : Los Geniecillos Dominicales (1965).
R.